
Se deriva del latín aesthetica, significa teoría del arte y de la belleza.
Cuando se presenta el cliente en procura de mejorar su imagen, debemos apreciar su confianza, de inmediato estudiar su prototipo y la ocasión para sugerirle lo más conveniente, tomando en cuenta rostro, edad, personalidad y oficio o profesión. No te atrevas a divulgarlo, pues es tu secreto profesional.
A pesar de las variaciones de la moda, siempre existe una diferencia entre un niño, un adolescente, un hombre o mujer joven y una persona de edad. Algunos clientes se adaptan fácilmente a nuestros consejos, nuestros recursos técnicos, otros más difíciles, prefieren conservar su estilo muy personal, todos son clientes, a unos les gusta la sencillez, lo clásico, otros lo original, lo rebelde, hasta la extravagancia.
No importa ¡Siguen siendo clientes! No olvidemos ganarnos su confianza con capacidad y esmero, así lograremos convertirnos en el consejero y confidente de un cliente satisfecho. Hay que tener cuidado de no tratar el cabello de un señor como un niño y viceversa, no avejentar a un niño o muchacho como una persona mayor. La edad, la forma del rostro, la personalidad, la forma de vestir, el medio social, las circunstancias, las exigencias de la moda, el oficio o profesión son elementos que debemos considerar.
Después de haber estudiado el lado técnico de la base del corte y peinado, se puede ver, mediante la observación de las formas el lado artístico del arte. Como todas las artes, debemos obedecer reglas o leyes fundamentales, las de las formas. La moda cambia, las leyes son permanentes. El cabello siempre forma un volumen que se opone al fondo de la cara, el cuello, la nuca, las orejas, la nariz, la frente, etc.
Existe un equilibro cuando la disposición del corte y peinado está bien proporcionado, la forma de la cara, el cráneo y desequilibrio, cuando hay mala disposición del cabello “Falta de línea”. Hay que comprender también que un estilo que armoniza perfectamente, puede no adecuarse a otro individuo.
El que ve una falla sin haberlo aprendido posee sentido natural de la estética, el que no desarrolla esa facultad debe esforzarse por adquirirla desarrollando el sentido de observación, si desea tener éxito, deberá aprender y desarrollar mentalmente el visagismo físico, psicología, diagramación, e implantación natural del cabello.
La estética es una ciencia, es el conocimiento exacto y razonado, de cosas determinadas y también “todo un conjunto de conocimientos desarrollados mediante el estudio”. Se deduce que el estudio de las formas es imprescindible.
Observemos: Los ojos, la nariz, la boca, la expresión general del rostro, ya sea ovalado, redondo, cuadrado, triangular, alargado y combinado, ¡Cuantas diferencias!
Siendo un buen observador, si se comprende como el cabello puede corregir las imperfecciones de una cara o una cabeza y exaltar lo mejor ¡Cuantas faltas de buen gusto pueden evitarse!
Una cosa es el arte, otra el sentido artístico. Se perfecciona mediante el trabajo, el estudio, la investigación y la creatividad. Desarrollar el sentido artístico significa valorar un rostro, una expresión.
Rodrigo Toscano
“el fígaro”
Asesor de Imagen
Master en Estilo y Diseño
“AREA 57”, Centro Comercial Casa Los Mangos calle 12, Barrio Obrero, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela. Número de Contacto: 0414-0777541