La agorafobia es un trastorno emocional y psicológico que provoca crisis de pánico ante situaciones de supuesto peligro. Aunque cada paciente determina las situaciones que le provocan ansiedad, existen situaciones características que se repiten según patrones específicos; el miedo a estar solo fuera del hogar por ejemplo, encontrarse entre una gran cantidad de gente, el miedo a presentar síntomas y que sean notados por los demás, entre muchas otras de este tipo.

Según estudios realizados recientemente por el Centro de Psicología Clínica y de la Salud, se ha demostrado que la agorafobia afecta a un 4% de la población mundial, y que la mayor parte de los pacientes de este porcentaje son mujeres; esto puede deberse a una gran cantidad de razones. La agorafobia puede ser causada tanto por una relación genética, como por la vivencia de alguna experiencia traumática en el exterior; en este sentido es bien sabido que la mujer está más expuesta a situaciones de peligro en la calle con respecto a los hombres, por lo que esto puede representar la razón para que sean justamente las mujeres quienes presente en mayor medida agorafobia.

Se puede decir entonces que en la mayoría de casos de pacientes mujeres con agorafobia son a causa de una experiencia que provocará un ataque de pánico y ansiedad, y que al ver la posibilidad de la repetición de dicha situación los síntomas físicos de estos trastornos persistan. Por lo general pacientes con estas características terminan por el aislamiento absoluto y la dependencia.

El mejor tratamiento para mujeres con agorafobia

A pesar de que el tratamiento para la agorafobia es utilizado de igual forma para pacientes de diferentes edades y sexo, se ha demostrado que las terapias cognitivo conductuales son las más efectivas en pacientes mujeres; y que presentan avances considerables en la recuperación sin necesidad de llegar  a los fármacos.

Este tipo de terapias se centran en darle al paciente el autoconocimiento necesario para que aprenda a reconocer la enfermedad y sea capaz de diferenciar los síntomas, además emplea técnicas de relajación trabajando la respiración para llegar a un estado de calma. El cambio de percepción del paciente con respecto a los síntomas también es bastante útil, pues ayuda a este a perder progresivamente el miedo ante algunos sistemas inofensivos que en medio del pánico llega a concebir como fatales; así como la exposición a situaciones que generen las crisis de pánico de manera cada vez más frecuente, pero bajo vigilancia y preferiblemente con compañía.

Por wicb

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