En algún lugar de la selva tropical, existía un gran hormiguero donde Vivían cientos de hormigas muy trabajadoras, sus días se basaban en constante trabajo para poder mantener la vida dentro del hormiguero.
Este era toda una serie de túneles y cámaras donde de manera ordenada se podían conseguir depósitos de alimentos, viviendas, guarderías para recibir a las nuevas hormigas y muchas otras áreas más, todas las hormigas trabajaban constante y arduamente día tras día.
Había toda clase de posiciones entre ellas, estaban las exploradoras, que salían a buscar nuevas fuentes de comida, las guerreras, que protegían al hormiguero, también la hormiga reina que era la que se encargaba de traer todas las nuevas hormigas al mundo.
Dentro de este pequeño mundo se encontraba il, no era un explorador, tampoco un guerrero, mucho menos se pertenecía a la realeza, el solo era un integrante más, pasaba desapercibido y su única labor era transportar alimentos hacia el hormiguero.
Los días pasaban y todo permanecía igual, hasta que en el momento más inesperado comenzó a caer una fuerte lluvia todos permanecían tranquilos resguardados bajo la seguridad del hormiguero, tenían comida suficiente y la lluvia no lograba penetrar al mismo.
Cada día aumentaba la lluvia hasta que en el momento menos esperado, un río cercano al hormiguero se desbordó, hace unos años atrás un grupo de gigantes habían cambiado el cauce del río para poder navegar en enormes barcos.
El agua comenzó a inundar a toda el área cercana al río, en pocas palabras este recuperó su cauce, al final el hormiguero no fue alcanzado por la inundación pero quedó rodeado totalmente de agua, como era de esperarse, la comida se fue agotando y al no tener más fuentes de alimentos, las hormigas iban desapareciendo a causa del hambre.
Mientras tanto il la hormiguita…
Intentaron todo tipo de ideas para lograr salvar a las hormigas y ninguna dio resultado, algunas en su desesperación saltaban al agua y eran arrastradas por la corriente otras se desesperaron tanto que el caos reinó en el hormiguero.
Fue en ese instante cuando il levantó su voz, llegó hasta la cámara donde se reunía la reina con sus consejeros y les dijo “yo salvaré a todas las hormigas” la risa de los consejeros fue muy alta y todos se burlaron de él, y fue en ese instante cuando la reina alzó su voz y ordenó: “déjenlo hablar quiero oir que propone”.
Il simplemente dijo: “si nos unimos y dejamos de trabajar de manera individual, podremos salvarnos todos” la reina lo apoyó e inmediatamente pusieron en marcha el plan de Il.
En los momentos de desesperación Il se dedicó a observar el comportamiento individual de cada hormiga y noto que si una sola saltaba a las aguas era arrastrada salvajemente por ellas, luego después de tanta observación dedujo que si todas las hormigas se tomaban unas a otras formarían un gran cuerpo mucho mayor y más fuerte.
Si nos unimos…
Así lo hicieron y saltaron al rio, aunque las aguas eran muy rápidas y salvajes, cada hormiguita se aferraba a la otra con todas sus fuerzas, el despiadado cauce los arrastro por varios kilómetros hasta que llegaron a aguas tranquilas donde fácilmente se acercaron a la orilla.
Una vez en tierra firme verificaron que en la travesía se habían perdido más de un tercio de las hormigas, pero las que quedaban eran más que suficientes para reconstruir el hormiguero, las exploradoras partieron junto a Il y consiguieron un lugar seguro para construir su nuevo hogar.
Hoy día las hormigas viven tranquilas y felices en su nuevo hormiguero, gracias la valiente Il lograron salvar su comunidad, él ya es una hormiga anciana y vive recordando aquellos tiempos y enseñándole a las nuevas generaciones de hormigas que una familia unida es invencible.
Para S:.D:.C:.P:.
Šutruk-Naḫḫunte Gr:. 25 R:.E:.A:.A:.