La televisión se ha convertido en parte primordial de nuestras vidas, ya que es uno de los entretenimientos más baratos y accesibles para el hogar, así como también es utilizados por los padres como medio de distracción para sus hijos, la televisión es una de las formas de diversión que se ha arraigado a nuestra cultura. Pero aun así debemos tener en cuenta lo que escuchamos diariamente acerca de ver tanta televisión.
En un estudio de la actividad cerebral al momento de mirar televisión, los científicos detectaron que en apenas un minuto pasamos de un estado denominado ondas beta donde el cerebro tiene activadas todas sus funciones a un estado de ondas alfa en el cual se produce algo parecido a la hipnosis, las operaciones lógicas, creativas y de comprensión quedan detenidas.
En este momento somos más susceptibles y por ello el marketing utiliza este medio como su principal método de ventas, a largo plazo nuestra capacidad de atención se deteriora y se nos hace difícil concentrar la mente durante mucho tiempo en algo. Así como también aumenta los estados de estrés e irritación, debido a los fotogramas que llegan al cerebro. La televisión aumenta los niveles de colesterol en el cuerpo.
El cerebro es saturado de estímulos, y aunque estos efectos pueden pasar desapercibidos por la conciencia no pasan desapercibidos por el resto de nuestro cuerpo, no obstante, los contenidos violentos, los mensajes subliminales y los contenidos angustiantes nos producen cantidades importantes de adrenalina, que hacen que un rato de televisión pueda ser equivalente a una fuerte pelea.
Cada día hay más masa de gente que tiende a ver muchas horas de televisión y a crear este desgaste en nuestro organismo y en nuestro cerebro. Por esto es recomendable disminuir la cantidad de horas que pasamos frente al televisor y dedicarla a otras actividades.