Para mantener espacios agradables y seguros para la salud familiar, es necesario monitorear frecuentemente las condiciones de la estructura de la vivienda. Esto permitirá advertir y actuar rápidamente ante cualquier desperfecto, garantizando el bienestar de la familia.
Las humedades en las paredes representan una de las reparaciones más frecuentes en la casa. Generalmente comienzan en los rincones y a veces pasa desapercibido u oculto por algún mueble. Sin embargo, una vez que se detecta, es conveniente actuar para evitar la propagación de moho y hongos que pueden ser perjudiciales para la salud de la familia, sobre todo de niños y ancianos.
Lo primero que debe indagarse es el origen de la humedad. Si se debe a fugas internas de agua, es necesario solucionar el problema de base. Si la humedad proviene del exterior, habrá de considerar la aplicación de manto o pintura impermeabilizante. También en ocasiones la instalación de un toldo, techo o canal ayudan a canalizar el agua y evitar que se cuele por las paredes.
Una vez detectado y corregido el origen de la humedad, se puede comenzar a reparar el daño de las paredes. Lo primero es retirar con una espátula toda la pintura levantada. Así también se irán el moho y los hongos. Para higienizar la zona se puede aplicar una solución a agua y vinagre. Frotar con un cepillo, retirar el exceso de agua con un paño y dejar secar.
Seguidamente, se debe aplicar una capa de solución antihumedad o aislante. Se puede usar rodillo o brocha. Dejar secar por lo menos dos horas y aplicar una segunda capa. De nuevo, esperar a que seque. Si es necesario, aplicar masilla en la zona afectada utilizando una espátula y puliendo con una lija. En este punto es conveniente atender las instrucciones señaladas en el producto.
! Luego de esto, la pared está lista para para la pintura!