Los gatos se caracterizan por ser tranquilos y seguros, siempre y cuando no existan variaciones bruscas en el entorno en el cual se desenvuelve. Al momento de producirse un cambio repentino los gatos pueden variar su comportamiento pasando de tranquilos a nerviosos. Un gato nervioso puede tornarse agresivo lo que pondría en riesgo la integridad de las personas que habitan con él principalmente si hay niños.
Consejos para calmar un gato nervioso
Saber la razón de los nervios: Se debe observar la razón por la cual el gato está nervioso, de esa forma se pueden aplicar estrategias para que se sienta cómodo nuevamente.
Acercarse solo si es necesario: Se debe respetar el espacio del gato sobre todo si está nervioso. Para esto se recomienda no acercarse al menos de que sea necesario. En el caso de tener que acercarse al gato se debe hacer con mucho cuidado, sin hacer movimientos bruscos y en silencio.
Usar un tono de voz tranquilo: Un gato nervioso lo menos que quiere es que lo llamen a gritos. Se debe usar un tono de voz tranquilo y relajado para llamar al gato y lograr que se acerque por iniciativa propia.
Atraerlo con comida: Es una técnica efectiva debido a que el hambre podría tener más poder que los nervios. Al consumir la comida los felinos tienden a relajarse por lo tanto reducen el estrés y los nervios. La comida se puede colocar en un punto medio de distancia para generar confianza.
Mantener la calma: Los nervios se transmiten y los gatos son maestros en percibirlo. Para acercarse a un gato nervioso se debe estar en plena calma ya que una persona nerviosa jamás logrará calmarle los nervios a un gato.
Usar su juguete favorito: Es muy posible que reaccione positivamente al ver su juguete favorito, pero hay que hacerlo con cautela, no hay que lanzarlo de golpe sino acercarlo de manera sutil invitándolo a jugar con él.