En la historia ha habido eventos resaltantes y extraordinarios, de los cuales nunca negaríamos su veracidad por lo que se nos ha enseñado desde pequeños. Sin embargo, muchos sucesos en la historia resultan ser una vil mentira, o una simple exageración de un hecho mucho menos influyente. De igual manera, mostraremos que aquel que vive es quien escribe la historia.
Mentiras que todos creen ciertas
La caballo de Troya: Los griegos y troyanos tuvieron una guerra que duró diez años, la cual inició por el romance de Helena; esposa del rey de Esparta y París; un troyano. Dicha guerra es conocida por el uso de los griegos del caballo de Troya; supuesta ofrenda de los troyanos a los griegos en son de paz, pero que tenía soldados en su interior.
Pues, resulta que en realidad el caballo no tenía soldados, sino que era un arma de asedio para destruir puentes de grandes edificaciones.
Ana Anderson: Con la Revolución Bolchevique el dominio de Rusia de la familia Romanov llegó a su fin. Al pasar esto, mataron al zar Nicolás II, su esposa y sus cuatro hijas, para que no quedaran descendientes. Así, muchos dijeron ser herederos y familiares directos, siendo la más famosa Ana Anderson, quien decía ser la princesa Anastasia. Sin embargo, en 1984 cuando murió Ana se comprobó por medio de ADN que no era familia de los Romanov.
Propaganda Nazi: Cuando Hitler gobernó Alemania tuvo a Joseph Goebbels como su ministro de propaganda. Por eso, él era la mente maestra detrás de la propaganda que buscaba convencer a los alemanes de odiar a los judíos.
Para lograrlo, Goebbels ordenó difundir propaganda que decía que los judíos usaron sangre de niños cristianos para hacer pan sin levadura en la Edad Media. Así, una de las frases de Goebbels se hizo realidad: “Una mentira dicha mil veces se vuelve cierta”.